EL CONTEXTO
Perú celebra el próximo 6 de junio la segunda y definitiva vuelta de las elecciones para elegir presidente y gobierno para el próximo lustro: el izquierdista Pedro Castillo ganó la primera vuelta por el partido Perú Librecon el 19% de los votos y se enfrentará a la derechista Keiko Fujimori (13,3%), hija de Alberto Fujimori, que detentó el poder entre 1990 y 2000. Castillo es el gran favorito según la mayoría de expertos y encuestas, que a menos de un mes de la cita electoral le dan ventajas que oscilan entre 9 y 2 puntos porcentuales. Todo ello en un momento clave para la política peruana, en la encrucijada de una crisis económica derivaba de una pandemia que no ve su fin por falta de vacunas para lograr la inmunidad de rebaño y una tensión social por la corrupción y el hartazgo político que se ha manifestado y se manifiesta en la región con acontecimientos como los de Chile y Colombia.
LOS FAVORITOS
Pedro Castillo es un maestro de 51 años del ámbito rural y sindical, que se dio a conocer a nivel nacional durante la huelga de docentes de 2017 que duró más de dos meses. Otra figura clave de este partido es su líder y fundador, Vladimir Cerrón, de la misma edad y origen provinciano, pero con experiencia política como gobernador de la región de Junín entre 2011 y 2014 y de nuevo en 2019, aunque ese mismo año fue inhabilitado por un caso de corrupción en unas obras públicas, lo cual también le impidió ir como vicepresidente en esta candidatura de Castillo. No obstante, sigue siendo la figura clave del partido, en el que mantiene su capacidad de influencia y decisión.
EL PLAN ECONÓMICO
Perú Libre se define como “marxista y leninista”, aunque ahora prefiere definirse como “izquierda socialista” e incluso se compara con el PSOE español o el MORENA mexicano. Apuesta por un cambio total del modelo económicodel país, según insisten el propio Castillo y su candidata a vicepresidenta Dina Boluarte, abogada y funcionaria del Registro Nacional de Identificación y Estado Civil, el organismo que gestiona los DNI y el padrón electoral en Perú. El líder del partido (Cerrón) asegura que el sistema económico que propugna no es comparable al de Venezuela, como le han acusado sus adversarios políticos, ya que “no es socialista ni comunista”, algo en lo que insisten otros representantes de Perú Libre a medida que crecen sus opciones de gobernar.
Bajo el lema “no más pobres en un país rico”, prometen cambiar la Constitución fujimorista de 1993 para acabar sustituir el modelo neoliberal de ésta por lo que denominan Economía Popular con Mercados (no de, sino con) gracias a un Estado que debe ser “interventor, planificador, empresario, protector, innovador y regulador del mercado”. Para ello, contemplan nacionalizar sectores estratégicos, como las industrias minera, petrolera, hidroenergética o de comunicaciones, así como eliminar monopolios en farmacia, combustibles, energía eléctrica y gas, productos lácteos, pesca, banca, transporte aéreo o medios de comunicación.
También quieren revisar y/o eliminar los contratos-ley con las empresas que explotan recursos naturales del país, la mayoría de ellas de origen extranjero, para que dichos contratos se circunscriban a la legislación peruana, para que el 70% de sus ganancias se queden en Perú e incluso para nacionalizar los yacimientos y explotaciones de aquellas concesionarias que no se avengan a ese nuevo modelo. En materia presupuestaria, prometen que hasta el 70% se destinará a Educación y Salud (cada una de las cuales quieren elevar al 10% del PIB, para lo cual habría que triplicar y duplicar los porcentajes actuales de una y otra, que rondan el 3,5 y 4,3%, respectivamente) Agricultura, Transporte y Saneamiento.