Libertad en declive, más aún en Latam

Libertad va unida a Democracia y, cuando la primera se ve afectada –coartada o limitada-, el sistema político al que es inherente también se tambalea, cayendo en derivas autoritarias y populistas, alejándose de los estándares de calidad democráticos exigibles en el siglo XXI.

Esto es lo que viene ocurriendo desde hace ya unos años en el mundo según señalan distintos organismos y centros de estudios internacionales. El último ha sido “The Freedom house”, ONG con sede en Washington que realiza investigaciones y estudios sobre la democracia, la libertad política y los derechos humanos, promueve su expansión en el mundo y alerta sobre su deterioro.

El Informe de la Libertad en el mundo evalúa el nivel de libertad en 210países y territorios, analizando procesos electorales, pluralismo político y participación, funcionamiento del gobierno, libertad de expresión y de creencias, derechos asociativos y organizativos, el estado de derecho, la autonomía personal y los derechos individuales. Con la puntuación obtenida, cada país es calificado como Libre, Parcialmente Libre o No Libre.

Según esta organización, el panorama no se presenta muy alentador a nivel global, en una tendencia que se repite desde hace ya 16 años, el del declive de las democracias y la expansión de formas de gobierno autoritarias o limitadoras de derechos básicos. Así, en el año 2021, 60 países perdieron libertad y, por tanto, democracia, frente a los 25 que mejoraron en este sentido.

En 2021, tan sólo el 20,3% de la población mundial vivía en un país con libertad plena frente al 46% que lo hacía en el año 2005, un dramático descenso. Hoy en día, un 38,4% de los habitantes del planeta viven bajo regímenes autoritarios o directamente dictaduras y un 41,3% lo hace en otros sistemas de gobierno parcialmente democráticos, en los que hay mermas a la libertad.

Peores datos en LATAM

En América Latina y el Caribe, la democracia enfrenta niveles preocupantes de deterioro. En los últimos cinco años, el 42% de los países de América Latina y el Caribe han sufrido recortes importantes de libertad, es decir casi la mitad de las naciones de la región.

En la radiografía actual del informe de The Freedom House, 4 países son calificados como No Libres: Cuba, Venezuela, Nicaragua y Haití. La longeva dictadura cubana obtiene la peor puntuación con tan sólo 12 puntos sobre 100 posibles. Le sigue muy de cerca el régimen autoritario de Nicolás Maduro con 14 puntos, Nicaragua con 23 puntos y en una deriva cada vez más opresora bajo el férreo mando de Daniel Ortega -encarceló y agredió a opositores para asegurarse su triunfo electoral en 202- y Haití, con 33 puntos y que vio como su presidente Jovenel Moïse era asesinado el año pasado, por lo que pasó de Parcialmente Libre a No Libre.

Siete países de la región son Parcialmente Libres, es decir, con preocupantes muestras de una libertad amenazada y derechos fundamentales de la ciudadanía puestos en duda por los tics y comportamientos autoritarios de su clase dirigente: Paraguay, Bolivia, Colombia, República Dominicana, Guatemala, Honduras y El Salvador.

De estos, preocupa especialmente El Salvador de Bukele, un político atípico que gobierna el país centroamericano y que no ha dudado en autocalificarse como “dictador” para hacer chanza de sus detractores. En los últimos diez años El Salvador ha retrocedido 17 puntos en calidad democrática y las amenazas a la libertad que se observan auguran mayores descensos en este sentido. De hecho 4 de esos 17 puntos son tan solo del año 2021 con Bukele al frente.

Las amenazas al sistema democrático en Latam son muchas y los modelos opresores, dictaduras  o regímenes autoritarios disfrazados de democracia, son cada vez más adoptados en esta región, algo que preocupa especialmente, ya que cercenan libertades y derechos fundamentales, conllevan empobrecimiento y son una de las causas principales de los éxodos migratorios en los países donde se da esta situación como Venezuela, Nicaragua y otros.

De hecho, la corrupción endémica, la desigualdad y la pobreza existente en muchos países del área son aprovechados por políticos populistas para llegar al poder y luego aferrarse a él, dado el descontento, desmovilización y desconfianza de la población con sus gobernantes. Sólo 3 de cada 10 latinoamericanos confían en su gobierno según un reciente informe del BID, consecuencia de décadas de latrocinio y promesas incumplidas por parte de gobernantes y oligarquías corruptas, algo muy peligroso que permite el acceso al poder a desaprensivos y “falsos demócratas” que prometen acabar con dicha situación y que, a menudo, sólo buscan aumentar su gloria y fortuna personal.

Excepciones positivas

Para terminar este análisis con un halo de luz, debemos resaltar los países de la región que mejor puntuación obtienen con los parámetros analizados por The Freedom House: Uruguay (97 puntos) -sigue un año más entre los 10 países con mayor libertad del mundo-, Chile con 94 y Costa Rica con 91, de una lista de 21 que son plenamente Libres a día de hoy en Latinoamérica y El Caribe.

Especial mención merece Ecuador, país que sumó 4 puntos más en 2021 y logró así pasar de la categoría Parcialmente Libre a Libre tras el proceso electoral exitoso y el pacífico traspaso de poderes.

Perú también sumó un punto más por el mismo motivo y se convirtió en país Libre, aunque el deterioro rápido de la presidencia de Pedro Castillo, con cuatro gabinetes y cuatro primeros ministros en menos de un año amenaza dicha clasificación en próximos informes.

Otro caso interesante es el de Honduras, que sumó 3 puntos más en 2021 tras unas elecciones muy participativas que han llevado a Xiomara Castro a la presidencia del país, apartando del poder al corrupto Partido Nacional del expresidente Juan Orlando Hernández.

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